El agua bendita

El agua bendita

Se puede definir como aquella que ha sido bendecida por el sacerdote y que se encuentra en las pilas bautismales. El agua bendita no contiene ingredientes adicionales, aunque en algunas iglesias se le agrega una pizca de sal.
En todas las entradas de cada Iglesia hay una pilas o recipientes, en donde mojamos nuestros dedos para hacer la señal de la cruz como símbolo de arrepentimiento y disposición antes de la celebración eucarística.

Gracias al agua del Bautismo se recibe la vida divina y se deja de ser simple criatura para convertirse en Hijo de Dios.
Además protege a las casas, personas, cosas y nos permite salir triunfantes de la lucha contra las tentaciones y el sufrimiento físico y mental, que brotan del espíritu del mal.

Debemos conocer que el agua bendita, en la Sagrada Escritura, está relacionada directamente con la Salvación. Y el agua bendita ha sido usada en la liturgia desde los principios de la Iglesia. Por esto, cada vez que utilicemos el agua bendita tenemos que dar gracias a Dios por sus dones e imploraremos su auxilio con el fin de vivir de acuerdo con las exigencias del Bautismo, que es el sacramento de la salvación.

Santo Tomás de Aquino decía que: “el agua bendita sirve contra el asalto externo del demonio. Mientras que el exorcismo se destina contra los asalto internos”. También Santa Teresa de Ávila decía a sus hermanas: “Vosotras no imagináis el alivio que se siente cuando se tiene agua bendita”.

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