Historia del reclinatorio

Historia del reclinatorio

El reclinatorio es un tipo de mobiliario que tenía por objeto servir a las esferas más altas del clero y de la sociedad, que solían cumplir con sus deberes religiosos desde casa con el objetivo de evitar mezclarse con las clases sociales más bajas. Así, para cumplir con estos deberes, era habitual que un representante eclesiástico acudiese a los hogares de las gentes de clase más alta, y para ello se necesitaba un lugar acondicionado a este menester.

El reclinatorio data del siglo XV y dentro de los muebles eclesiásticos es quizás hoy en día el más conocido y más numeroso, se puede considerar el mueble eclesiástico por excelencia. Se ubicaba en los dormitorios en las casas de personas adineradas permitiéndoles rezar en privacidad.

Suele estar fabricado en madera y contiene un peldaño bajo sobre el que reclinarse y un atril en el que se pueden apoyar los brazos o colocar el misal. Es común que ambas partes estén tapizadas y acolchadas de forma que la persona que esté rezando se encuentre más cómoda.

Lo habitual es que el reclinatorio se coloque frente a una talla religiosa, bien de Cristo o de la Virgen o frente a un retablo para dirigir las oraciones ante estos.

Al ser un elemento propio de familias adineradas, lo habitual era que su construcción se encargase a un determinado ebanista que lo elaborase de forma personal al gusto del cliente, con los materiales y la forma deseada. Debido a esto, hoy en día podemos encontrar reclinatorios de tipos muy diversos.

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